Este nombre surge inspirado en los héroes del béisbol cubano de todos los tiempos, y estaría destinado a destacar la estirpe y el talento del pelotero criollo en más de 130 años. Fuente natural de la que se han nutrido, no sólo los torneos nacionales, sino todo el béisbol mundial, el pelotero cubano ha sido uno de los más bendecidos para practicar el juego Base. Desde 1878 en que Nemesio Guilló, Emilio Sabourín o Carlos de Zaldo se enfrentaban en los terrenos del Almendares Park, hasta el más reñido de los últimos pleitos entre Freddy A. Álvarez y Yosvani Torres, son ellos quienes han aportado toda la grandeza que posee el pasatiempo cubano. Pero, nadie como Martín Dihígo para sintetizar en un sólo hombre lo mejor que ha dado esta tierra de peloteros. Único atleta del mundo cuyo nombre aparece en los Salones de la Fama de cuatro países diferentes y protagonista de innumerables hazañas con el bate en la mano, desde la loma de lanzar o desde el puente de mando, Martín Dihígo resume en su propio apodo de “El inmortal” lo que hizo y lo que fue. Por todo eso, sería interesante que un equipo de la nueva era llevara ese seudónimo como nombre, en honor a todos los peloteros cubanos que han existido y existirán, reflejados en su figura. Ninguna ciudad como Matanzas se prestaría para portar el apelativo. No sólo por ser la cuna del propio Dihígo, sino también por ser cuna del béisbol cubano, y una de las plazas que ha estado presente en cuanta liga, circuito o torneo profesional y amateur se ha organizado en la Isla. El nombre completo del equipo sería los Inmortales de Matanzas.
El logo de los Inmortales:
Pese al ostracismo en que se sumergió a la epopeya beisbolera cubana anterior a 1962 luego de que se instituyera la Serie Nacional, aún la figura de Martín Dihígo pudo sobrevivir bajo la sombra del olvido comunista. Si bien es cierto que esa amnesia inducida influyó para que hoy en día no guarde el lugar prominente que, por ejemplo, pudieran tener Jackie Robinson para los americanos, Sadaharu Oh para los japoneses o Roberto Clemente para los puertorriqueños, Dihígo al menos no pudo ser borrado de la gesta beisbolera cubana como sí ocurrió con otras legendarias figuras del Período Profesional. Sin muchas pretensiones estéticas, pero inspirado en su prestigioso legado, es que imaginé la idea para este distintivo. El emblema se resume de un modo muy simple en un retrato de Dihígio en uniforme de pelotero, situado dentro de un blasón ovalado y en cuya base se muestra una cinta con el apodo que lo eternizó, pero ajustado como sobrenombre para el equipo. El objetivo del logo es que únicamente esa imagen de Martín intente recordarnos la herencia de su talento natural plasmada en la capacidad atlética de todos los peloteros cubanos.
Uniformes de los Inmortales:
Sería interesante escoger el color Naranja para el uniforme de un equipo que lleve un apodo en honor a Martín Dihígo, pues en heráldica el Naranja representa fortaleza y resistencia. Si además, a este tono le combinamos el Verde, que simboliza crecimiento y esperanza en el arte de explicar y describir los escudos de armas, tendríamos entonces una mezcla visual que proyectaría mucha energía, atractivo, armonía y frescura en los colores de guerra de los trajes de los Inmortales.
Uniforme visitante
Uniforme local
Uniforme alternativo
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