Por Rogério Manzano
PERÍODO PROFESIONAL (1900-1961)
El 17 de Mayo de 1900 se reanudó el torneo invernal con el despegue de la Liga General de Baseball de la Isla de Cuba. Cuatro equipos, Habana, San Francisco, Cubano y Almendarista, convocaron a los mejores exponentes del deporte Base en la nación para, no sólo darle la bienvenida a la llegada de un nuevo siglo, sino también a una floreciente etapa en la pelota criolla que, definitivamente, sumergiría al circuito cubano en el mercado profesional.
Durante este período se produjo el salto definitivo de los peloteros cubanos hacia las Grandes Ligas. En Rafael Almeida y Armando Marsans recayó el honor de ser las primeras figuras en incursionar en las Ligas Mayores de Estados Unidos en 1911, y aunque en estos primeros tiempos la senda sólo se abrió para hombres de piel clara, luego de rota la barrera racial en 1947 fue muy bien transitada por numerosos compatriotas.
Otro significativo punto de giro en la historia de Liga se registró luego con la edificación del segundo Almendares Park en 1919, ubicado en el sitio que todavía ocupa hoy la Terminal de Ómnibus en la capital del país. Aunque, aquí el sacrificio entregado por el honor beisbolístico resultó doloroso, pues hasta el balompié llegó a desplazar del interés del público el circuito invernal. Fueron momentos difíciles, en que se jugaba por la mañana a la pelota y había que dejar el campo preparado para que en horas de la tarde lo hicieran los futbolistas. Todo esto ocurrió antes de que el segundo Almendares Park cerrara sus puertas para siempre en 1929.
Con la inauguración del estadio La Tropical durante el campeonato de 1930-31, junto a la cervecería del mismo nombre, comenzó la era dorada del máximo organismo beisbolero cubano. Un nuevo espacio de tiempo que se alimentó de un incremento desenfrenado del fanatismo en las tribunas, de la continua asistencia de peloteros norteamericanos y de la aparición de nuevos valores cubanos. Los años más grandes, a pesar de las manchas de siempre. Fue justamente allí donde se desarrolló el primer partido nocturno el 21 de diciembre de 1937.
En el parque tropicalino la multitud devolvió a la vida aquellas emociones que un día se debilitaron, e hizo pensar a quienes debían, que ya era hora de fabricar una nueva instalación que pudiera albergar a los miles de prosélitos que abarrotaban el diamante cervecero. Así, con algunos inconvenientes constructivos, el torneo de 1946-47 estrenó el Gran Stadium del Cerro el 26 de Octubre de 1946.
Justamente, en ese año de 1946 habían ingresado en la Liga Internacional de Florida (Clase C) los Havana Cubans, una escuadra constituida en su mayoría por atletas cubanos. Este acontecimiento selló oficialmente la entrada de la Isla en el béisbol organizado de los Estados Unidos. Empero, coincidente en fecha con los anteriores hechos, se produjo la explosión del conflicto entre el millonario mexicano Alfonso Pasquel y el Béisbol de Ligas Mayores.
La pelota invernal cubana tampoco escapó a la influencia de esta disputa. Entre las contiendas de 1946-47 y 1947-48 la temporada invernal sufrió el trastorno de la división. De una parte, los leales al pacto con los yanquis (Liga Cubana de Baseball Profesional) en el Stadium del Cerro, del otro, los rebeldes (Liga Nacional de la Federación), en el Estadio La Tropical. Dos campañas diferentes, dos certámenes simultáneos y un instante inolvidable.
Los sobrevivientes de aquel evento independiente siempre afirmaron que consiguió enorme popularidad, pero también el proyecto padeció de numerosos defectos y egoísmos incontrolados que determinaron su fracaso inmediato. La firma del armisticio que puso fin a las hostilidades en 1949, dejó como única alternativa la contienda regular de la Liga en el Gran Stadium y ofreció un segundo aire con la formación de la Confederación del Caribe, que afilió bajo sus estatutos a peloteros de Cuba, Venezuela, Puerto Rico y Panamá, e instituyó un torneo de clubs campeones entre los miembros de la coalición denominada Serie del Caribe.
El éxito que logró esta alianza y la celebridad que rápidamente alcanzaron las series caribeñas, coadyuvó a que con la entrada de la década del 50 la Liga lograra levantar el ánimo del “respetable” por todo el archipiélago. También favoreció la consolidación del trabajo una equilibrada rivalidad entre sus cuatro equipos. Ya no sólo se vio vencer al Habana o al Almendares, sino que el Marianao y el Cienfuegos se convirtieron en ganadores.
Todo esto hizo de los cincuenta un lapso de esplendor para el célebre circuito cubano, aunque también fue vital el hecho de tener establecido un sistema de seis partidos por semana, de poder contar en el país con un estadio de categoría similar a los de las Grandes Ligas, del auge sin precedentes que tomó el juego entre la población femenina y de gozar el béisbol de una amplia difusión y cobertura informativa por la prensa, la radio y la recién estrenada televisión, sin obviar además, el florecimiento turístico y económico de la nación en ese tiempo.
Pero el triunfo de la Revolución de Fidel Castro sorprendió a todos cuando se disputaba el concurso de 1958-59. En su avalancha reformista, los cambios revolucionarios también atraparon al béisbol. Luego de algunos desafíos desarrollados en ciudades y pueblos del centro y oriente de la Isla a principios de los 60, se comenzó a clamar por una extensión del calendario para ofrecer, de modo reglamentado, programas completos fuera de la capital de la República.
Por otro lado, desde Oriente se reclamaba una escuadra representativa de aquella zona. Exponían como principal argumento que un público tan numeroso y entusiasta como el oriental merecía la atención de la Liga. La idea llegó a tomar cierto matiz de plan inmediato, al declarar el señor Alfredo Pequeño, propietario del Marianao, que estaba dispuesto a trasladar la franquicia y rebautizarla con el nombre de Tigres de Oriente y si, además, los dueños del Cienfuegos lo secundaban y trasladaban sus Elefantes hacia la ciudad de Santa Clara, se hubiera podido jugar los fines de semana alternos en esas dos provincias y habría sido muy favorable efectuar la mayor cantidad de partidos en el Este del país.
Con tal esquema, el campeonato invernal cubano hubiese adquirido mayor representatividad territorial y un definitivo carácter de certamen nacional, elementos que tanto necesitó el espectáculo por sus primeros ochenta años de existencia. Sin embargo, el proyecto sólo quedó en el intento. El 7 de Febrero de 1961 fue formalmente desintegrada la Liga Cubana de Baseball Profesional (LCBP) por el Gobierno de Fidel Castro.
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el primer juego nocturno en cuba voy para alla.se fue el hombre como un buen dia me confeso viendo un juego de pelota a los 72 year murio en miami un pitcher con bastante historia lo velaron en la funeraria riveroy sus resto ahora descansan en el woodlawn park el primer lanzador cubano en ganar un juego nocturno un primer ensayo en el central alava prov de matanzas el pitcher se llamaba mario lecoubet ei segundo fue la tropical este juego lo vio los hermanos tony taylor a mario lecoubet le toco lanzar su primer juego un lunes alla en el cielo que dios lo tenga en la gloria el periodista que escribio esto se llamo tony ramirez y no escribia hasta investicar profundamente el sr ramirez tambien murio que dios lo tenga en la gloria yo le consejo a los periodista que no escriban falcedades como la que dicen que dihigo es mejor que torriente no escriban boberia llenence de valor y digan la verdad