Por esa importancia que la propia leyenda del béisbol cubano le ha otorgado, el terreno del Palmar de Junco, en Matanzas, quizás haya que mencionarlo siempre como el primer referente de un estadio de pelota en Cuba. Hasta tanto no se demuestre arqueológicamente lo contrario, significa pues el punto de partida de todas las instalaciones béisboleras que aparecieron después en los torneos invernales. Esta breve compilación pretende resumir las principales edificaciones que, desde 1878 y en algún momento de la historia, hasta el presente, fueron utilizadas para albergar uno, o varios de los más notables equipos del torneo doméstico. Aún cuando en la etapa actual se levantaron nuevos y sólidos recintos beisboleros, ninguno pudo superar en magnitud, ni en majestuosidad, la obra constructiva del antiguo Stadium del Cerro (hoy mejor conocido como estadio Latinoamericano). Pero, más allá de su valor arquitectónico, ha sido en cambio su gran riqueza testimonial lo que lo ha convertido en el más mítico de los diamantes cubanos y en la catedral de la pelota nacional hasta que el futuro diga su última palabra. Los asterísticos señalan a los estadios inactivos, o en desuso oficial por alguno de los 16 equipos de la Serie Nacional. |